jueves, 6 de agosto de 2009

perjuicios del sexoturismo
El arte, es la capacidad de expresar y jugar con un medio de expresión, es la capacidad de dar todo el potencial a un lenguaje. Y ser uno mismo no es propiamente un lenguaje, pero la personalidad no deja de ser un lenguaje dentro de un medio cultural. Es un sello de identidad, es un hecho diferencial.
La identidad es un concepto amplío y complejo pero resumiremos en que la personalidad es algo inherente a nosotros mismos, a algo que somos, pero también en parte la identidad se forma de lo que nos rodea, de la cultura a la que pertenecemos y demás. Pero es evidente que el arte de ser uno mismo se refiere a este doble hecho identitario. El hecho ambiental y el hecho psicológico del individuo, que muchas veces es difícil de diferenciar y separar.
Este arte, del cual llevamos comentando en estas líneas, es el arte primeramente, de ser capaces de equilibrar el elemento individual con el elemento ambiental y saberlo combinar. Es decir, adaptarnos al medio pero sin que eso produzca una alienación de uno mismo. ¿Qué sería la alienación? Es el hecho de adoptar una actitud en la que podamos actuar en sociedad, pero sin que ello comporte imitar los comportamientos ajenos o convertir actitudes ajenas en las propias. Ese punto es esencial para entender hasta dónde se ha de llegar en la adaptación al medio. Hay que adaptarse al medio, pero solamente hasta el punto en el que podamos expresarnos tal y cómo somos dentro de los límites marcados por el ambiente, por el entorno, pero sin encerrarse en ellos ni forzosamente tomarlo como algo a raja tabla. Ya que es imprescindible a veces salir de esos límites para evolucionar en nuestra personalidad, carácter, formando parte de alguna manera de nuestro crecimiento interior.
Ser uno mismo, en muchas ocasiones es esencial para el artista, la persona creativa, que en general, actúa con bastante naturalidad frente a los demás, de forma que se convierte en una persona extraña, rara, alienigena, loca y otros adjetivos que se les ha atribuido a estas personas que actúan de forma espontánea y natural, con sus ideas, pensamientos sin demasiados prejuicios, con una cierta libertad interior para hacerlo. Naturalmente, llegar a este extremo no siempre es positivo, pero, ciertamente son artista de ser uno mismo, ya que se preocupan más de ser uno mismo que de ser aceptados por los demás y ceder a las presiones ambientales que generalmente están errando de conceptos. Naturalmente, este tipo de personas, son fáciles de criticar por el mero hecho de parecer locas, pero ciertamente, es una locura no ser uno mismo y ceder a las presiones ambientales. Sacrificar la propia identidad y no actuar respecto a lo que uno realmente cree profundamente y respecto al como es, es un error.
El miedo a ser uno mismo es lo que conlleva a que mucho gente necesite usar artificios para desinhibirse, para expresarse de una forma aparentemente libre, pero que es realmente contrario a lo que uno es, generalmente. Naturalmente, socialmente todo el mundo actúa generalmente así para pasarlo bien. Pero... ¿Qué mejor que pasarlo bien, que actuando con naturalidad y siendo uno mismo? ¿No es acaso pasarlo bien con los amigos un acto de libertad? ¿Entonces por qué encerrarse a un artificio?
En esta sociedad se nos ha enseñado a fingir, aparentar, disimular, esconder lo que somos y a temer a ser quienes somos, cosa que provoca, naturalmente los perjuicios, el miedo a ser perjudicados por Ser y no Aparentar. Naturalmente, estamos demasiado acostumbrados a ver lo que uno aparenta. Por ejemplo, una persona que actúa con naturalidad y se deja llevar por si misma, acaba teniendo apariencia de inocente o de loca, nos fijamos en la primera impresión, pero de repente, cuando uno empieza a profundizar con esa persona, se da cuenta, que eso es solamente una pura fachada.
Un ser humano, no deja de ser una combinación de fachada y edificio. Muchas veces, en la vida real, vemos edificios que por fuera, parecen muy bonitos, una vez entras ves que es una bazofia, que es un decorado. En el caso de las personas, muchas veces pasa igual. Aunque ciertamente sea atractiva una bonita fachada y despierte interés, realmente, lo que interesa es poder vivir dentro de ese edificio, por lo que en el tema: Personas, es evidente que una fachada, por muy bonita que sea, no es más que eso, algo que se ve desde fuera. Lo que importa es conocer bien el interior del edificio, que en este caso es una persona, para poderla juzgar. Cosa que naturalmente en esta sociedad se ha perdido.
Ser uno mismo, implica en muchas ocasiones soledad, pero es imposible crear una relación fiable y duradera basada en una fachada. Es el momento en el que para que una sociedad evolucione, avance y pierda sus prejuicios, en que la gente, sea una misma y respete a los otros por como son. Hay que aprender, que no somos todos iguales, aunque tengamos derecho a tener las mismas libertades, mismos derechos, privilegios que los demás. Cada uno, es como es, con sus calidades y sus defectos, que son en el fondo, la combinación y el equilibrio de ellos que hacen bello o atractivo a alguien.
¿Acaso no tiene algo tierno una persona despistada que a su vez no tiene reparo en ser ella misma, en hacer lo que le apasiona? Es algo realmente tierno de ver, bonito, sin duda... La cuestión es que todo el mundo encuentre sus alegrías y a que su vez sepa convivir con los demás. Sepa estar en los momentos que hagan falta, hablar cuando sea necesario y callar cuando el otro necesite hablar, cosas que en muchas ocasiones la mayoría no sabemos hacer. Hay los que callan demasiado por no saber cuando han de hablar o cuando van a ser escuchados y otros que no callan por miedo a no ser escuchados. La sociedad es sumamente compleja, en la que hemos de aprender a expresarnos y a su vez, poder prestar atención a la expresión ajena.
Ser uno mismo, implica naturalmente conocerse, es decir explorar lo que uno es y experimentar, ponerse a prueba. Naturalmente, nadie se conoce, nadie se conoce lo suficiente como para poder expresarse al 100% tal como es y saber que no va en contra de si mismo, ya que naturalmente no hemos vivido todas las situaciones ni nos hemos relacionado con todo el mundo ni afrontado temas... Por lo que, naturalmente, hemos de estar abiertos a la posibilidad de que vayamos errados en algunas percepciones que tenemos de lo que somos, pensamos tanto sobre nosotros como sobre lo que nos rodea. Ser uno mismo es una tarea complicada que con pasotismo u obsesión, no llevan a ningún término aceptable, pero con tranquilidad, serenidad pueden realizarse con sencillez. Hay que experimentar, lo que uno cree que puede experimentar, de acuerdo a sus circunstancias, entorno y personalidad, además de gustos. Ser uno mismo implica más que respeto hacia los demás, aunque sea importante, realmente, lo que se necesita es un respeto hacia uno mismo, un trato hacia uno mismo de respeto, pero no de adoración ni tampoco de odio. Para poderse conocer, no hay que tener perjuicios, o los mínimos posibles, ya que todos, absolutamente todos los seres humanos tienen perjuicios, porque han sido educados por la sociedad para tener los que tienen, para tener miedos, para tener temores e inseguridades.
¿Acaso no es seductor alguién que se atreve a ser ella misma? ¿Una persona que actúa tal como es y que no pretende otra cosa que expresarse? ¿Acaso no es atractivo alguién que no pretende seducir, que seduce por si misma?
La seducción en nuestra sociedad tiene dos vertientes, la conocida, que es tener una cierta actitud, una especie de teatralización de la atracción, una especie de crear una fachada para atraer, esa es la seducción que todos los humanos conocen y muchos tratan de imitar o desarrollar. Pero la auténtica seducción es aquella provocada por el conocer a esa persona o más bien de que se conozca a esa persona, lo más profundamente posible. El saber como es, su capacidad de ser ella misma y ver que esa fachada que vimos, no es tan importante, de ver, que ese edificio es sumamente interesante con el cual poder crear un mejor edificio. Esa es la seducción auténtica, o la seducción de alguien que es ella misma. No necesita, actuar, ni crearse una fachada para seducir, seduce, porque es alguien con quién se puede construir algo, con quien, se puede aprender y a quién se le puede enseñar algo, con quien se puede ser uno mismo, con quien se puede compartir todo lo que uno es y como es uno. Esa es la seducción y sumamente atractivo. El sentirse libre con alguien sin tenerlo que simular.
Ser uno mismo es un arte, que hay que empezar a desarrollar, para poder crear una sociedad mejor, pero sobre todo para ser plenamente libres. Solo seremos libres si somos capaces de ser nosotros sin tener que aparentar nada ni aparentar ante nadie. Esa es la auténtica libertad. ¿Quién quiere ser libre? Nadie es libre mientras necesite aparentar, por lo que esperemos que este texto sirva al menos para reflexionar sobre este nuevo y extraño concepto de libertad que tratamos de aportar en este texto.

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